Hay que aceptar la realidad y es compatible con sentir el impacto que tiene en nosotros.

Hablaba en el último post sobre aceptar (al final tenéis una confesión personal) y esta semana me ha traído muchas vivencias (Barcelona, Valladolid, Bilbao, formaciones, coaching, concierto de Manel Fuentes, curso de clown….un buen cocktail de emociones). Y desde todos los ámbitos me llegaba un mensaje nítido: siente lo que te está pasando.

Los niños son el máximo reflejo de sentir y expresar lo que les pasa en cada momento. Y poco a poco nos van enseñando a controlar, a esconder, a enmascarar. Hasta que llega un punto que mezclamos lo que sentimos con lo que pensamos deberíamos sentir, ¡un lío total! E incluso algunas personas piensan que si aceptas la realidad tu estado emocional es neutro.

¡Al contrario! La mayoría de las veces la aceptación llega cuando expresas la emoción que tienes dentro. Si te despiden del trabajo, si le sucede algo a un ser querido…¿Cómo no vas a sentir tristeza o enfado o impotencia? Y es perfecto sentirla y expresarla. Y es compatible con aceptar la realidad y, desde ahí, intentar cambiarla.

A veces es fácil sentir, a veces no. Es algo que puede entrenarse, cuanto más tiempo dediques a sentir más fácil te resultará identificar qué te sucede. Te recomiendo el libro Emocionario, seguro que te ayuda. Y puedes empezar con una sencilla pregunta:

¿Qué estás sintiendo al leer este artículo? Será tranquilidad, relajo, enfado, desacuerdo…y algo de eso será. Siéntelo y acéptalo.

¡Feliz semana con sentimientos!

Y esta semana como bonus….

UNA CONFESIÓN PERSONAL

Saber la teoría y practicarla siempre no es lo mismo. Hay quien me pregunta cómo hago yo para mantenerme fiel y coherente con lo que digo; es fácil, simplemente no lo hago. Dentro de la aceptación incluí hace un tiempo aceptarme como soy, aceptar mis virtudes, aceptar mis errores. Y aquí va mi confesión personal:

La semana pasada tras escribir sobre la aceptación me pasó de todo: una amiga me anuló una cena, una cita de trabajo importante se canceló, una formación ya programada parecía anularse y el curso de clown que tanta ilusión tenía por hacer no era seguro que se hiciera. Y ahí estaba yo, en medio de la vorágine, blasfemando; entre enfadado, triste, frustrado, desilusionado y decepcionado. Confieso que tuve que releerme el post, meditar, pasear y llorar todo lo que tenía dentro antes de que llegara la aceptación. Y, mágicamente, cuando la aceptación llegó todo se ordenó y hasta tuve una cena fantástica e inesperada durante el fin de semana.

No soy perfecto, no lo busco. Permítete equivocarte

CÓMO MANTENER LA ATENCIÓN CON SUSPENSE EN PRESENTACIONES DE 60″

Ejemplo de presentación de 60″ para vender coaching a un grupo de empresarios de BNI Getxo.