Estaremos  de acuerdo en que el equilibrio emocional es bueno. Para mantenerlo ayuda mucho disponer de un alto grado de autocontrol.

El problema surge cuando el autocontrol es permanente y no perdemos nunca los papeles. El cuerpo necesita válvulas de escape para la presión que provoca ese autocontrol; puede ser el deporte, hacer puzzles, escuchar música, etc.

Estas actividades pueden no ser suficientes cuando en una relación, sea en lo laboral o en lo personal, siempre es el mismo el que ejerce el autocontrol. Esto es habitual en relaciones de padre/madre a hijos y entre compañeros de trabajo con carácteres contrapuestos.

La conciliación de los problemas no puede venir siempre de la misma persona. Llegado el caso es bueno romper con todo, es necesario un poco de desequilibrio emocional y gritar un ¡YA ESTÁ BIEN! ¡HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO!