Alejandro Sanz se olvidó añadir a su canción que no es lo mismo conciliar que equilibrar.

Según esta noticia del diario El Correo crece la cifra de hombres que concilian. Indagando en el artículo lo que aumenta es el número de hombres que han solicitado ayudas por excedencias y reducciones de jornada para cuidado de personas dependientes.

El término conciliación ha quedado acotado al ámbito de lo laboral y familiar dejando de lado nuestro propio cuidado personal, nuestras aficiones, amistades y nuestra necesidad de autorealización.

Hay dos afirmaciones que deberíamos olvidar:

  • Si no te acoges a una excedencia no concilias lo suficiente: nada más lejos de la realidad. La conciliación y la igualdad es compatible con trabajar toda la jornada; puedes dedicar todo el tiempo restante a tu familia e intereses particulares
  • Tienes que dedicarte en cuerpo y alma al cuidado de tu familia: para destapar esta gran mentira aparece el término de equilibrio

El equilibrio va más allá de la conciliación laboral y familiar.  Nos ayuda en el uso del tiempo de forma eficiente para que podamos llevar a cabo todas las actividades que nos apasionan. Y ahí cabe todo lo que nos gusta de la vida; tan válido es trabajar de sol a sol para lograr un sueño profesional como trabajar lo mínimo para vivir y dedicarse al estudio del apareamiento de las marmotas.

Por supuesto el equilibrio también incluye que dediquemos tiempo al cuidado de la familia, pero en la medida en la que sea importante y nos apasione.

Se trata de identificar qué nos apasiona y dedicar nuestro tiempo a conseguirlo. Más tiempo cuanto más prioritario sea para nosotros, eso es equilibrio