Dicen que los escritores suelen ser muy perfeccionistas; que son los editores quienes les «arrancan» los libros para ser publicados ya que siempre hay algún detalle que quieren retocar.

Antes de enviarlo a maquetar «El Equilibrista» había completado diez revisiones del libro (lo habitual son cinco o seis pero en libros de menos de 100 páginas es menos costoso). Cada una fue una revisión profunda con cambios importantes.

Se esperaba que la maquetación fuera sencilla, rápida. Sin embargo fueron necesarias cinco maquetaciones hasta comprender que «El Equilibrista» podría ser mejor pero hay momentos en los que uno debe renunciar a la perfección y encontrar el equilibrio en lo suficientemente bueno.