Leí recientemente una frase que invita a la reflexión “entre el dolor y que me ignores prefiero el dolor”. Es el instinto que lleva a los bebés a portarse mal y llamar la atención cuando no se les hace caso; necesitan estar en contacto con sus referentes (padre y madre) aunque sea porque están recriminando su actitud.

Sólo cuando entiendes esa necesidad humana de sentir cercanía puedes comprender algunos comportamientos.

En el trabajo, en casa, con tus amistades, haz sentir a los que te rodean que te importan; que perciban que para tí no es igual que estén alegres o que no, que su felicidad es tu felicidad, que les escuchas porque quieres saber lo que les pasa. Así conseguirás que se sientan importantes y sólo por eso se sentirán mejor y tendrán mejor equilibrio personal. Cuando eso ocurra, te sentirás de maravilla.