Tras unas semanas duras de trabajo el cuerpo pide un fin de semana de descanso: dormir bien y acompañarlo de siesta, disfrutar de la familia, comidas en buena compañía y paseos relajados.
Con esa inercia me ha sorprendido el domingo a última hora y durante 30′ he argumentado conmigo mismo los pros y contras de hacer algo de deporte para ayudar a mi equilibrio personal. El cuerpo seguía con esa inercia de descanso y ese es el tiempo que he tardado en vencer mi resistencia inicial, afortunadamente.
Digo afortunadamente porque en los primeros minutos me he arrepentido varias veces (hace frío, suelo mojado, músculos aún aturdidos….) pero al rato me he empezado a encontrar mejor y a disfrutar, he descubierto una noche estrellada preciosa (ver las estrellas es algo poco habitual en Bilbao) y me habría quedado un poco más de tiempo si no hubiera desperdiciado esos fatídicos 30′
El cuerpo es física y química, y eso se cumple en la resistencia inicial a los cambios que solemos mostrar los humanos; vencerla es uno de los retos del coach. Bonita analogía, todo cuerpo presenta un coeficiente de resistencia si queremos moverlo y otro coeficiente más pequeño si queremos mantenerlo en movimiento. Igual nos comportamos ante los cambios, nos cuesta mucho iniciarlos pero una vez iniciados nos cuesta mucho menos seguir adelante con ellos. Para los curiosos la explicación científica en la wikipedia.
Así que ahora que lo sabes vence esas resistencias iniciales que te están impidiendo conseguir tus metas. Sabes que en cuanto te pongas con ello te será todo más fácil.
Y para postre corriendo se me ha ocurrido una historia de naúfragos circunstanciales o de vocación que te va a encantar. Pero eso será otro lunes…..