Los malos dias no existen ¿O sí? Un post de Carlos Andreu me recuerda que nuestra actitud lo cambia todo.

Hay días que, ciertamente, nos pasan cosas que no nos gustan, que no estaban en nuestros planes; sin embargo, depende de nosotros que el día cambie y mejore o que nos vaya a peor.

Si nos ha pasado algo malo lo mas facil es mejorar aunque los humanos nos empeñemos en pensar que siempre se puede empeorar. Si aplicamos el positivismo y mantenemos la confianza en que somos dueños de nuestro destino podremos dar esquinazo a nuestro “mal día”

Un ejemplo vale mas que mil palabras: Salgo a las calles de Ciudad Rodrigo con intencion de hacer 3 recados, parecen fáciles, es pronto por la mañana y pienso que va a ser un buen día. Hasta ahí bien con objetivos concretos:

1.- Comprar unas sandalias de verano, ya estarán muy rebajadas y con la crisis habrá aún stock

2.- Comprar un repuesto que se me ha roto (lo necesito con cierta urgencia). Una ferretería cualquiera vale

3.- Llevar unos libros a la casa de cultura para que lo incluyan en la biblioteca

Al cabo de una hora pienso que el dia es más gris; tres zapaterías sin mi número en los modelos que quiero (por la crisis traen menos cantidad de cada número, no contemplé esa opción). Dos ferreterías que no tenían el repuesto que buscaba y encuentro la casa de cultura cerrada por escasos 30′

Lo que habitualmente haría es cabrearme, maldecir mi suerte y recordar que pie utilicé para bajar de la cama esa mañana. Ahora bien, como estoy de vacaciones decido que ya ha ido bastante mal el día y que voy a mejorarlo (Eso lo pensé desde el principio, evidentemente me equivoqué tras no encontrar sandalias y también al no encontrar el repuesto, en fín esto es cuestión de tesón).

A la tercera va la vencida y, de repente, encuentro una pareja de viajeros (maletas y mapa en mano) yendo hacia la plaza Mayor de Ciudad Rodrigo, allí buscan la Hospedería Audiencia Real (uno de los mejores alojamientos) y me ofrezco a guiarles. Casualmente El Equilibrista ofrece descuentos en ese hotel y como llevo 2 en la mano (va a ser suerte que estuviera cerrada la casa de cultura) se lo ofrezco y se llevan uno. Voy contento a compartir mi hazaña con mi mujer y de camino paso por una zapatería cuya existencia no recordaba y….¡Bingo! Tienen sandalias de mi número a buen precio. Consigo 2 de los tres recados y además vendo un libro y regalo ilusión a los fans de Irrikiclown.

Al final, resultó que el dia no fue tan malo, todo depende de la actitud con la que te enfrentas a tu presente para construir tu futuro. Al fin y al cabo, los malos días no existen y los buenos tampoco, estamos cada día en un perfecto equilibrio.

Y tú ¿Cuál es tu actitud?