Donde pongo el foco pongo mi deseo.

Esta semana ha sido intensa en viajes, Bilbao, Sevilla, Córdoba. He conocido gente con muchas ganas de ser feliz y tener una actitud positiva. Algunas personas partían de una situación ya positiva y querían más y otras estaban un poquito enfadadas con el mundo. ¿Cuál es la diferencia principal entre ellas?

Principalmente dónde ponían el foco, dónde fijaban su atención

Todos tenemos carencias, problemas, dificultades. En todas mis intervenciones pregunto “¿Quién de aquí no tiene ningún problema?” Yo, optimista de mí, sigo buscando. Y la gente se parte de risa. Ahora bien ¿En qué quieres gastar tus energías?

De la misma forma que tenemos problemas todos contamos con personas maravillosas cerca, fortalezas que nos ayudan y sueños que cumplir. Y cuando pasamos nuestro tiempo disfrutando de todo lo bueno que tenemos resulta que aparecen dos efectos maravillosos:

  • Lo bueno que tenemos se hace más grande. Y nos impacta más a nosotros y en nuestro entorno.
  • Aparecen otras cosas buenas, más pequeñas, que antes éramos incapaces de ver.

Y resulta que el dueño del foco es….adivina, adivinanza…..sí, efectivamente. Eres tú. Así que coge ese magnífico foco y alumbra con toda su potencia ahí donde brillas, ahí donde eres grande, ahí donde eres magnífico. Sostenlo con fuerza y disfruta de todo lo que tienes. Cuanto más disfrutes mejor para tí y tu entorno.

Al fin y al cabo, es tu foco. ¿Dónde quieres apuntar?

 

 

Y esta semana como Bonus… una frase y artículo inspiradores y un poema para ser feliz.

UNA FRASE Y ARTÍCULO INSPIRADORES

Céntrate en lo que tienes y no en lo que te falta.

Y puedes leer un interesante artículo que te inspirará a conseguir metas que ni te imaginas ¿De qué podrías ser capaz?

 

UN POEMA PARA SER FELIZ

Un 12 de julio de 1904, nacía Pablo Neruda. Con este poema suyo recordamos que él nos recordaba que no nos olvidásemos de ser felices.

“Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no escucha música,
quien no halla encanto en si mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los días los mismos senderos,
quien no cambia de rutina,
no se arriesga a vestir un nuevo color
o no conversa con desconocidos.

Muere lentamente quien evita una pasión
Y su remolino de emociones,
Aquellas que rescatan el brillo en los ojos
y los corazones decaídos.

Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecho con su trabajo o su amor,
Quien no arriesga lo seguro por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos
¡Vive hoy! – ¡Haz hoy!
¡Arriesga hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te olvides de ser feliz!”