El sábado tuve la oportunidad de escuchar en directo a Alejandro Sanz. Las emociones que se despiertan ante la música en directo son difíciles de describir; se mezclan recuerdos, sentimientos, sueños, deseos….pero para que eso suceda debes estar presente, vivir el momento. Nos recordó Alejandro Sanz que cada vez parece más difícil.
Está todo diseñado para distraernos. El último gran avance, Internet en el móvil, además de muchas ventajas ha traído también una facilidad extrema para despistarnos y no estar atentos a lo que nos ocupa en cada momento.
Nada más empezar el concierto aparecieron cientos de móviles encendidos: grabando vídeos, haciendo fotos, enviando Whatsapps o compartiendo el momento en Facebook, Twitter y demás. Yo opté por silenciar el teléfono y disfrutar intensamente cada uno de los 120 minutos de música que tenía por delante. Pensaba para mí la cantidad de gente que parecía más interesada en divulgar el momento que en aprovecharlo. Lo curioso pasó a mitad de concierto. En un descanso entre canciones miró al público y con su gracia natural dijo algo así:
«Oye, esperad a esa chica que está mandando un mensaje. O un Whatsapp ¿no? Estamos aquí, estamos juntos. Este es nuestro concierto, es nuestro momento, vamos a disfrutarlo. Hay que estar donde se está. Dame tu teléfono, ya le digo yo que se lo está perdiendo»
Yo sonreí y reforcé mi pensamiento anterior. Y recordé la cantidad de veces que estando con la familia consulto el móvil e incluso respondo algún mensaje. Recordé la cantidad de reuniones de trabajo en las que consulto el e-mail y que muchas veces en mitad de una conversación contesto una llamada de teléfono. Y recordé que he oído a algún gurú del coaching y la inteligencia emocional comentar que uno de los 7 hábitos de Covey podría interpretarse como «Estar presente» y es prestar toda la atención a lo que se hace.
Tras esa sonrisa, disfruté a tope del concierto y tras el último bis volví a pensar en ello y decidí empezar a estar presente. En cada actividad que realice me centraré al 100% y tendré siempre en la cabeza que con quien estoy se merece que yo esté allí, que esté presente.