Un problema común en las empresas es encontrar las claves para cambiar la cultura de la organización. La primera solución es realizar acciones formativas, elaborar revistas internas, inundar los tablones de anuncios de noticias orientadas a ese fin, etc.

A menudo se olvida de la solución más sencilla y potente, la que utilizamos en casa en la educación de los hijos. No hay nada con tanta capacidad de cambiar a los demás como el ejemplo. Por más que le repitas a un niño que sólo debe cruzar con el semáforo en verde nunca lo interiorizará si te ve a tí pasar en rojo.

En las empresas el ejemplo de los líderes en sus actitudes calan como el agua en toda los empleados. Debe haber un equilibrio perfecto entre lo que los líderes dicen y hacen y, sobre todo, lo que hacen debe estar perfectamente alineado con la cultura que se desea.