El coaching se basa en hacer buenas. preguntas. Las que llevan a lugares donde uno o no sabe o no se atreve a ir solo.

Esta semana ha sido muy entretenida y he participado en:

    Sesiones individuales, en una de ellas una pregunta cambió todo. En este caso fue ¿Quién soy?
    Sesiones de equipo, donde todo un equipo cogió consciencia de lo que necesitaba para avanzar. La pregunta en este caso fue ¿Que tipo de equipo somos? Seguida de ¿Qué nos ayudará a avanzar juntos?

Un evento del BCF en el que me surgió una pregunta al escuchar a gente tan admirable ¿Que habría hecho yo en su caso? Y es que son casos límite en los que o sale lo mejor de tí o estás perdido: El mejor nadador paralímpico, de Donosti, Richard Oribe. Un gran jockey, Jose Luis Martínez, que se calló y los médicos le condenaban prácticamente a silla de ruedas; hoy sigue ganando carreras en la élite. 

No existen preguntas buenas o malas, potentes o poderosas. Cualquier pregunta es buena cuando le llega su momento. Desconfía de esos manuales de las buenas preguntas. Eso si, las buenas preguntas tienen algo en común. Generalmente:

  1. Son cortas, sencillas, tontas
  2. Son abiertas, nos hacen pensar
  3. Apuntan al corazón más que a la razón
  4. Tienen una intención positiva. Las haces para ayudar
  5. No tienen respuesta prefijada (nunca se pregunta lo que ya se sabe)

Sabes que has hecho una buena pregunta cuando le sigue el silencio del interlocutor. Y si te responde algo que no corresponde con lo que buscabas….es que la respuesta no estaba bien formulada o no era la que tocaba.

Si no te gusta la respuesta cambia la pregunta

Por eso decimos que la respuesta está en la pregunta. Si haces buenas preguntas obtendrás buenas preguntas. Puedes aprender de grandes maestros del liderazgo y como sus preguntas les han llevado a construir empresas de éxito en este artículo del MIT.

Así que está semana la empiezo con una pregunta:

¿Qué tiene que pasar para que esta semana sea espectacular para ti?