8.15 de la mañana, llego tarde a la primera reunión de la mañana, no encuentro en el dial la música que me gusta y el ruido extraño que escuchaba de fondo mientras conducía se convierte en un reventón de rueda en mitad de la autopista mientras intento adelantar a un camión.

No esta mal para empezar el martes ¿verdad? Lo principal es que no iba demasiado rápido, el coche permaneció estable y pude llevarlo al arcén sin causar ningún accidente. Estaba sano y salvo, bien ¿y ahora?

Tengo que avisar a Enrique para que sepa que llego tarde, pensar donde cambiaré las ruedas, recomponer la agenda del día y decidir mi actitud. ¿A quién le culpo del reventón? ¿Con quién puedo desahogar mi estrés? O bien ser consciente de que no puedo cambiar el incidente pero sí la forma de afrontarlo.

Les envío un Whatsapp a mis amigos, elijo no desahogarme y reírme con ellos de la situación:
“- Yo estoy tranquilamente sentado, viendo pasar el día, relajándome mientras disfruto del otoño. Esperando una cita.
– Vamos, que he pinchado en la autopista”

Al poco Enrique me contesta al mail:
“Animo!! Disfruta del amanecer que la mañana está preciosa….”

El eligió su actitud y reforzó la mía. Se me puede fastidiar la rueda del coche pero que se me fastidie el día lo decido yo.

Elige tu actitud, no dejes que las circunstancias decidan por ti!