Al hilo de este fantástico un mecanico en tu vida de Carlos Andreu he recordado una historia sencilla de las que hacen reflexionar. Y es que el coach, el clown y el clownching van de eso, de contar historias y hacer pensar.
Una señora era apasionada del piano, lo estudiaba desde joven y compaginaba con otras aficiones. Llegó a su ciudad un pianista muy famoso y por supuesto asistió al concierto. El pianista ofreció una de sus mejores representaciones y acabó muy satisfecho. Tanto que quiso compartirlo con el entregado público que estuvo más de 10 minutos aplaudiendo con entusiasmo.
La señora aprovechó la oportunidad para saludarle y tras felicitarle le dijo:
– La verdad es que daría mi vida por tocar el piano como usted.
Ante lo cual el pianista le contestó tranquilo:
– Señora, es que yo la di. Llevo desde los 14 años entrenando tantas horas al día como mis amigos dedicaban a estudiar o trabajar. Mi felicidad está en el piano; a él le entregado mi familia y mis amistades. Y ahora ¿Sigues interesada en tocar como yo lo hago?
– Gracias, me conformaré con volver a verle. Y la próxima vez lo haré con mi pareja y mi mejor amiga.
A veces creemos que deseamos cosas, la envidia nos enseña caminos llenos de éxito. Y esconde el peaje a pagar por recorrerlo. Antes de desear algo con todas tus ganas piensa lo que cuesta y si estás dispuesto a dedicarle todo ese tiempo. Ten seguro que si lo haces lo conseguirás.