Si aplicamos prácticas de gestión empresarial (de la buena, no de las que hunden empresas) podemos mejorar fácilmente nuestro equilibrio personal y la conciliación.

Dos sencillas claves:

Lo que se mide mejora. Sea lo que sea que quieras mejorar mídelo diariamente. Ponte un objetivo y revisa semanalmente si vas o no cumpliendo. Mágicamente cualquier cosa que se mide mejora

Explicita tu objetivo. Cuando compartes tu objetivo con alguien, en este caso con tu familia es lo más adecuado, el nivel de compromiso aumenta. Si fracasas no sólo te fallas a tí mismo sino que fallas a alguien más; y el ser humano está programado para intentar agradar a los demás, tu interior intentará conseguir el objetivo con más ahínco

Un ejemplo práctico: Coloca en la nevera un papel con un cuadro donde indiques la hora de llegada de cada día. Carita sonriente si cumples objetivo y triste si no lo consigues. Diariamente puedes comprobar si lo vas consiguiendo, y tu familia también.

Mejoras seguro RESULTADOS GARANTIZADOS!