Qué difícil es confiar en la vida, en que todo irá bien. Lo mismo que confiar en uno mismo; al menos a mí me cuesta.

¿Quién no ha sufrido alguna vez el síndrome del impostor? Pensando que no se merece lo que está  viviendo o que no está preparado para el trabajo que hace. Es muy habitual, nos sucede a todas las personas. Tenemos dentro un montón de saboteadores, voces internas que nos recuerdan todo lo malo. ¿Qué hacer con ellas?

Aprendí con David Gomez que hay que escucharlas y no hacerlas caso. Afinar el oido y escuchar las otras voces que tenemos, las que nos recuerdan todo de lo que somos capaces. 

Yo cada vez confío más en mí. Cuanto más confío en mí más confío en la vida. Confiar me ayuda a estar abierto a que me pasen cosas grandes. ¿Sabes eso de que la realidad supera la ficción? A veces la vida nos trae más de lo que hubiéramos podido soñar.

Lo que me ayuda a confiar:

  • Escuchar y seguir a gente inspiradora como David. Le puedes ver en el Cap18 del podcast
  • Rodearme de buenas personas, gente de confianza
  • Meditar 12′ cada mañana
  • Dedicar un tiempo a lo que es importante para mí. Por ejemplo, de 7.30 a 9.00 estoy con mis hijos presente con ellos
  • Recordarme todo lo que me ha pasado
  • Preguntarme ¿Qué es lo mejor que me podría pasar?

Confía. Confía en tí. Confía en quienes te rodean. Confía en la vida.