No hay mal que por bien no venga. La sabiduría popular recoge esta frase desde hace más de 1000 años. Algo de verdad tiene que tener. Si además te lo cuenta un psiquiátra de prestigio, merece la pena darle una oportunidad.

Cuando te pasa algo que no te gusta (algo malo) es una mierda, nos entra la tristeza, el enfado, la rabia….o en el peor de los casos caminamos hacia estados depresivos. Cada pérdida, cada duelo, pasa por fases difíciles. Es así

Se trata de transitar por ellas y poco a poco ver que todo lo que nos pasa, lo malo y lo bueno, nos ayuda a construir la persona que somos. Cuanta más experiencia tenemos más sabiduría acumulamos. Desde ahí somos capaces de observar que en cada cosa que nos pasa hay algo bueno, algún aprendizaje, alguna oportunidad.

Hace poco me ha dejado un cliente al que le facturaba una suma importante. Me dejó, sin más explicación. Lo primero que hice fue lamentar la pérdida y quejarme a la vida, enfadarme. Estuve un rato ahí (me voy dando permiso). Me ayudaron mis personas cercanas a darme cuenta de que era un cliente que no me gustaba, no me cuidaba como yo cuido y quiero que me cuiden. Al irse me ha liberado de alguna forma y ha dejado espacio para que vengan otros clientes que sí quiero, y ví oportunidades que antes no podía. Así funciona esto, a veces viene bien que alguien te eche una mano 😉 (gracias a esas personas que tanto me queréis y ayudáis)

Aquí te dejo con Luis Gutierrez Rojas que lo explica mucho mejor que yo