Llevo unas semanas de emociones intensas que poco a poco iré volcando en el blog. Me he decidido por la más reciente que fue la más intensa; el miércoles pasado tuve la oportunidad (gracias Eroski una vez más por estos regalos) de asistir a una sesión de motivación con Luis Galindo (coach, conferenciante, consultor y autor de un precioso libro que recomiendo para reilusionarse con la vida). Luis es un crack comunicando y despertando la motivación dormida dentro de tí. Y es una excelente persona, desde luego el más accesible de cuantos he conocido en ese nivel de conferenciantes (desde aquí Luis agradecerte una vez más toda la atención que me prestaste)

Durante 2 horas fue tocando fibras dentro de nosotros con gran habilidad, lanzándonos cuestiones que nos hacían despertar del letargo en el que te sumerge la rutina. Lo increíble de este tipo de extraordinarios comunicadores es que da igual que copies todo el texto o diálogos, hay que vivirlo en directo, por eso os dejo las claves que yo apunté y el enlace a uno de sus vídeos:

Las «perlas»:

  • Puedes resignarte o ilusionarte ¿tu que eliges?
  • En los momentos difíciles pon el doble de ilusión. La ilusión no te hace falta ponerla en los momentos fáciles, viene sola
  • Entrénate. La buena noticia es que siempre hay tiempo para cambiar y reilusionarse
  • No seas egoista con tu vida, si puedes disfrutar de ella al 7 no te conformes con un 6
  • Tu trabajo es como tú lo percibes. Puede ser una obligación, un medio de vida o algo importante que habla de tí
  • Se proactivo. Puedes pasar por la vida como espectador o hacer que las cosas ocurran. Cuanto más actúes más dueño de tu destino serás
  • Pon en cada cosa que hagas toda la energía que tengas, toda tu pasión, tu mente y tu alma. Ese es el secreto del éxito
  • Se ejemplo. «Haz lo que digo y no lo que hago» NO funciona
  • Para cambiar el mundo empieza cambiando tu jardín. Es difícil cambiar todo; cambiar lo que pasa contigo y los que te rodean es más fácil
  • Busca tu liderazgo maduro, los líderes estimulan y motivan a los equipos, dan energía. Tienes que ser gasolinero y dar gasolina al resto del equipo
Y todo esto con una dosis de realidad. Ilusionarse ante las dificultades es muy complicado. Es más fácil estar mirando, quejándose, justificando porqué no te va mejor. Además de ser difícil, ilusionarte no te garantiza resultados. Eso sí, sin esa ilusión el fracaso está asegurado