Qué importante es la autoestima. Cuando está muy alta podemos pasarnos de prepotentes. Si está muy baja cualquier tarea nos parece inabordable.

Tu autoestima depende de tí
Esta semana ha sido intensa en sesiones individuales, la mayor parte de ellas han ido muy bien. Incluso una persona me ha dado un reconocimiento diciéndome que soy de las personas que más le inspiran. Me ha subido la autoestima. Y me he encontrado con algunos clientes con una autoestima bastante baja, personas que no valoraban su trabajo ni el valor que aportaban a la organización. Desde ahí es difícil poder asumir nuevos retos.
Para empezar a trabajar con la autoestima utilizamos algunas técnicas sencillas:
- Identifica todo lo que te gusta, lo que te da energía. Y asegúrate de hacer todos los días 3 actividades de esas. Con energía la autoestima se va llenando
- Pregunta a tu entorno qué es eso que te hace especial. Todos tenemos algo que nos hace únicas; sí, tú también
- Imagina qué haría otra persona en tu lugar. Si hay algo que visualizas que haría mejor que tú….ponte a ello ahora mismo. Y lo que visualices que haría peor es parte del valor que aportas
- Celebra cada pequeño logro. Yo podría que ya escribir otro artículo del blog no tiene mucho mérito, lo hace cualquiera. Y también puedo celebrar que llevo muchos años manteniéndolo y me gusta
- Céntrate en tus fortalezas, que las tienes. Pon tu atención en todo lo que haces bien, y dale cariño para hacerlo aún mejor
En una de estas sesiones recordé un cuento para subir la autoestima. Creo que ayuda a darse cuenta de que en cualquier empresa el trabajo de todas las personas es importante, incluso el que pueda parecer más pequeño.
Cuentan que en una carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.
El MARTILLO ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar, hacía demasiado ruido y pasaba todo el tiempo golpeando. EI martillo aceptó su culpa, pero a su vez pidió la expulsión de LA LIJA.Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado EL METRO, que siempre estaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
El metro, ante el ataque, pidió a su vez la expulsión de EL TORNILLO, había que darles muchas vueltas para que sirviera para algo. Y el tornillo a su vez dijo que también fuera expulsado EL SERRUCHO porque dividía aquello que tocaba.
En eso entró EL CARPINTERO a trabajar. Utilizó al martillo, la lija, el metro, el serrucho y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Tomó la palabra LA LLAVE INGLESA y dijo: “Señores, ha quedado demostrado que todos tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos y pensemos todo lo bueno que podemos hacer unidos”.
Las sabias palabras de LA LLAVE INGLESA tuvieron su efecto y la asamblea descubrió que el martillo era fuerte, que el tornillo unía y daba fuerza, que la lija era especial para afinar y limar asperezas, que el serrucho hacía que dos partes distintas hicieran un todo perfecto y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad.
Si con estas claves y este cuento no ha sido suficiente para empezar a mejorar tu autoestima puedes probar a trabajarlo con un coach. Encuentra el tuyo en C4OL, la mayor plataforma de coaching en español.